Dos lejanos planetas que orbitan una joven estrella impactaron entre sí a altas velocidades hace miles de años en una colisión cósmica de proporciones cataclísmicas, anunciaron los astrónomos el lunes 10 de agosto.
Las reveladoras columnas de roca vaporizada y restos de lava dejados por la colisión mostraron su existencia al Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, el cual captó las señales del impacto en recientes observaciones.
La colisión entre ambos planetas tuvo lugar en los últimos miles de años aproximadamente – un marco temporal cósmico relativamente reciente. El menor de los dos cuerpos – un planeta de aproximadamente el tamaño de la Luna, de acuerdo con los modelos por ordenador – aparentemente fue destruido por el impacto. El otro era muy probablemente un planeta del tamaño de Mercurio y sobrevivió, aunque quedó seriamente dañado.
“Esta colisión tuvo que ser enrome y a una velocidad increíblemente alta para que la roca se haya evaporado y fundido”, dijo Carey Lisse del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Maryland, autor principal de un artículo que describe los hallazgos en el ejemplar del 20 de agosto de la revista Astrophysical Journal.
Los investigadores creen que los planetas se movían a aproximadamente 10 kilómetros por segundo antes de la colisión. El violento impacto liberó roca de silicio amorfa, o vidrio fundido, y endureció trozos de lava conocidos como tectitas. Spitzer también observó grandes nubes de gas de monóxido de silicio orbital creado cuando se evaporó la roca.
“Este es un evento de vida corta y verdaderamente raro, crítico en la formación de planetas como la Tierra y las lunas”, dijo Lisse. “Hemos tenido suerte de haber sido testigos de uno no mucho después de que tuviese lugar”.
Los detectores infrarrojos de Spitzer encontraron trazas de restos de rocas y lava re-congelada alrededor de una joven estrella, conocida como HD 172555, aún en las primeras etapas de formación planetaria. El sistema está a aproximadamente 100 años luz de la Tierra.
Un cataclismo similar se cree que formó la Luna hace más de 4000 millones de años, cuando un cuerpo del tamaño de Marte impactó en la Tierra.
“La colisión que formó nuestra Luna habría sido tremenda, suficiente para fundir la superficie de la Tierra”, dijo el coautor Geoff Bryden del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California. “Los restos dejados por la colisión muy probablemente se asentaron en un disco alrededor de la Tierra que finalmente se fundieron para formar la Luna. Esta es aproximadamente la misma escala de impacto que vemos con Spitzer – no sabemos si se formará o no una luna, pero sabemos que la superficie de un gran cuerpo rocoso estaba al rojo vivo, retorcida y fundida”.
De hecho, unos encuentros tan violentos parecen haber sido comunes en la historia inicial de nuestro Sistema Solar. Por ejemplo, los impactos gigantes se cree que han despojado a Mercurio de su corteza externa, inclinado a Urano sobre un lado, y vuelto del revés a Venus.
En general, los planetas rocosos como la Tierra se fusionan y crecen cuando las rocas pequeñas impactan y se agrupan, uniendo sus núcleos.
El sistema alrededor de HD 172555 es relativamente joven con sólo 12 millones de años de antigüedad, comparado con los 4500 millones de años de nuestro Sistema Solar.
Autor: Clara Moskowitz
Fecha Original: 10 de agosto de 2009
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