Telescopios de todo el mundo han dado seguimiento a las observaciones realizadas por un aficionado. El impacto de un objeto desconocido contra el planeta gigante ha sido una sorpresa para toda la comunidad astronómica.
Agosto 3, 2009: Todo comenzó con un ceño fruncido, un momento de perplejidad, que se desvaneció rápidamente.
La fecha fue el 19 de julio de 2009. El astrónomo aficionado Anthony Wesley estaba tomando fotografías del planeta Júpiter con su telescopio casero en Murrumbateman, Australia, cuando algo raro en el ocular le llamó la atención.
"Tenía toda mi atención puesta en la Gran Mancha Roja, que se estaba ocultando con gran belleza detrás del horizonte joviano", recuerda Wesley. "Apenas si noté la mancha oscura cerca del polo sur de Júpiter y, cuando lo hice, no le presté demasiada atención".
Es solamente otra tormenta oscura en Júpiter.
"Eso es lo que pensé en un principio, pero algo en esa mancha me intrigó, no se veía bien, y no pude parar de mirarla".
El Sur está ubicado arriba en esta imagen tomada el 29 de julio, en Murrumbateman, Australia, por Anthony Wesley, quien descubrió la mancha oscura utilizando un telescopio de 14,5 pulgadas.
Lentamente, la rotación de Júpiter hizo que la mancha girara en dirección a la Tierra, entonces Wesley pudo verla mejor, y la verdad lo sacudió como si fuera un rayo.
Era una marca de un impacto. ¡Algo había golpeado al planeta gigante!
"Había visto las cicatrices causadas por los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 que golpearon a Júpiter en 1994, así que ya sabía cómo se veía un impacto", dice. "Luego de convencerme de que esto era real, apenas si pude usar la computadora. Mis manos estaban temblando. Era simplemente increíble".
Rápidamente, Wesley envió (por correo electrónico) sus fotografías a amigos y colegas alrededor del mundo y, en cuestión de horas, telescopios de todas las categorías estaban ya girando hacia las coordenadas de Júpiter para fotografiar la situación posterior a la poderosa colisión.
"Creemos que fue un cometa o un asteroide que medía tal vez algunos cientos de metros de ancho", dice Don Yeomans, de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra (Near-Earth Object Office, en idioma inglés), en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory, en idioma inglés), de la NASA. "Si un objeto de ese tamaño golpease a la Tierra (estamos hablando de aproximadamente 2.000 megatones de energía), hubiese causado una seria devastación regional o un tsunami, si hubiese caído en el océano".
En un golpe de suerte casi tan grande como el de Wesley, los astrónomos del JPL, Glenn Orton y Leigh Fletcher, ya habían programado observar a Júpiter el 20 de julio, apenas un día después del impacto, utilizando las Instalaciones del Telescopio Infrarrojo (Infrared Telescope Facility o IRTF, en idioma inglés), de la NASA, en la cima del volcán Mauna Kea, en Hawai. El telescopio de 3 metros reveló una nube reciente de residuos de un tamaño similar al del planeta Marte, la cual flotaba entre las bandas nubosas de Júpiter.
Imagen de la nube de residuos del impacto, tomada el 20 de julio de 2009 con el IRTF. La nube es brillante en esta longitud de onda (2,12 micras) porque las partículas que hay en ella están reflejando la radiación infrarroja del Sol, explica Glenn Orton.
"El objeto, cualquier cosa que haya sido, explotó en la parte superior de la atmósfera de Júpiter", dice Orton. "Se hizo añicos. Lo que vemos ahora son restos y fragmentos del objeto que impactó, y posiblemente algunos aerosoles extraños formados por procesos químicos de choque durante el impacto".
El 23 de julio, el Telescopio Espacial Hubble tomó sus primeras imágenes del sitio del impacto. El Hubble todavía estaba siendo revisado y calibrado después de llevar a cabo la misión de servicio STS-125 que se realizó en mayo, pero este evento era demasiado importante como para perdérselo. El director del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, Matt Mountain, concedió un tiempo adicional de emergencia para que un grupo de astrónomos, dirigidos por Heidi Hammel, del Instituto de Ciencias del Espacio, en Boulder, Colorado, utilizara el telescopio.
Como siempre, las fotografías tomadas por el telescopio Hubble robaron cámara. En ellas quedó revelado un remolino de residuos cenicientos que se abre paso entre las tormentas naturales cercanas a las partes más altas de la atmósfera de Júpiter:
Una imagen de la cicatriz del impacto en Júpiter, tomada con el Telescopio Espacial Hubble, el 23 de julio de 2009, usando la nueva Cámara de Campo Amplio 3 (Wide Field Camera 3 o WC3, en idioma inglés) del telescopio Hubble.
El astronauta del transbordador espacial y veterano en reparaciones del Hubble, John Grunsfeld, dijo que estaba encantado con la fotografía "porque era la primera imagen enviada con la recién estrenada cámara WC3, que Drew Feustel y yo instalamos en mayo. Gracias a la WC3, pudimos ver el impacto con impresionante detalle".
"La nube de residuos da la impresión de ser grumosa debido a la turbulencia atmosférica", dice la científica planetaria Amy Simon-Miller, en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales. "Los vientos polares, que soplan a una velocidad de 25 m/seg (~55 millas por hora), hacen que se extiendan y que la mancha se agrande. Esto provoca que la nube sea aún más fácil de observar con telescopios caseros".
A juzgar por el comportamiento de los impactos del cometa Shoemaker-Levy 9 hace quince años, ella calcula que la 'nube de residuos de Wesley' podría continuar siendo visible durante muchas semanas. Los investigadores aprovecharán ese tiempo al máximo. Estudios posteriores de la nube podrían revelar el gran misterio:
¿Qué impactó contra Júpiter?
"Simplemente no lo sabemos", dice Yeomans, "Nadie vio el objeto antes del impacto".
Y, efectivamente, no hubo advertencia alguna. El objeto emergió de la oscuridad, desconocido y sin catalogar y, ¡paf!, antes de que cualquiera pudiese fotografiarlo intacto, ya se había convertido en una nube de residuos. (Aquí hay una lección para el planeta Tierra, pero esa es otra historia).
La composición química de la nube contiene pistas sobre la naturaleza del objeto que impactó. Orton dice que los observadores, usando telescopios en tierra, están ahora analizando la luz reflejada por la nube para averiguar de qué está hecha. "Si el espectro contiene signos de existencia de agua, eso sugeriría que se trata de un cometa. De lo contrario, probablemente sea un asteroide rocoso o metálico".
Mientras tanto, éste es un gran misterio —del tipo de los que Wesley no puede dejar de mirar. "Todavía observo a Júpiter casi todas las noches, usando mi telescopio de 14,5 pulgadas", dice. "La nube se está expandiendo y está tomando formas muy interesantes".
"Me pregunto", dice, "¿qué sucederá ahora?"
¿Qué golpeó a Júpiter?
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